¿Y si en vez de un coach necesitáramos una conversación con nuestro abuelo?
Vivimos en la era del “mejor yo”. Meditación, journaling, desarrollo personal, rutinas de autocuidado, podcasts de productividad… Todo parece girar en torno a repararnos, reinventarnos, superarnos. Como si ser humanos ya no bastara.
Pero, ¿y si lo que más necesitamos no es otro método de crecimiento personal, sino una conversación con alguien que ya ha vivido mucho?